A pesar de las predicciones metereológicas, nuestros valientes asistieron y disfrutamos de la montaña, sus paisajes, sus aromas y su energía.
Adaptamos las rutas para que todo el mundo disfrutara. Los más pequeños hicieron un camino muy agradable y más cortito suficiente para no cansarse demasiado, y jugaron en el medio con piñas, bichos, plantas, incluso vimos dinosaurios y seguimos su rastro contábamos con algún prehistórico que cazaba y seguía dinosaurios…
Con los demás niños hicimos un camino mas largo, recorrimos la senda de la Tubería, iban siguiendo su rastro pues aparece y desaparece.
Aprovechamos para trepar por las rocas hasta cuevas, dejarnos caer en arbustos blanditos y aprender a cómo se camina por la montaña y las precauciones que debemos tener, sin dejar de divertirnos.
Los padres disfrutaron de la cuerda de las cabrillas, observando desde ese agradable camino Siete Picos , La Maliciosa, La bola y haciendo hambre para la hora de comer y compartir los ricos alimentos que sientan tan bien en la montaña. Sin olvidar esos detalles de glamour que hacen especiales las comidas de nuestros aventureros.
Las siestas, las caras de felicidad y la entrega de nuestras medallas de senderistas en el autobús de vuelta dan por finalizada la aventura hasta dentro de 15 días.
Muchas gracias a todos los que hacéis posible estas salidas.